Orval es una encantadora cafetería ubicada en el Carrer de Buenaventura Muñoz, 31, en el barrio de Sant Martí en Barcelona. Con un horario de apertura de lunes a viernes de 8:30 a 18:00, los sábados y domingos de 10:00 a 18:00, es el lugar perfecto para disfrutar de una deliciosa taza de café en cualquier momento del día.
Con una puntuación media de 4,3/5 basada en 478 valoraciones en Google Maps, Orval es un lugar muy apreciado por sus clientes. Algunos de ellos destacan la calidad del café, la variedad de bollería de proveedores de prestigio y el ambiente acogedor que se respira en el local.
En Orval podrás disfrutar de un momento de relax rodeado de plantas, con música tranquila de fondo y la posibilidad de traer a tus mascotas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que en el segundo piso está prohibido utilizar el portátil en las mesas, el wifi cambia de contraseña cada hora y no hay enchufes disponibles. A pesar de estas medidas, algunos clientes consideran que afectan negativamente a la experiencia en el lugar.
Con una decoración única y un ambiente acogedor, Orval se destaca por su autenticidad y personalidad. Si estás en busca de un lugar con encanto donde disfrutar de un buen café y una selección de bollería variada, este es el lugar perfecto para ti.
No esperes más y ven a descubrir Orval. ¡Déjate sorprender por la magia de este acogedor rincón cafetero en pleno corazón de Barcelona!
Ubicación de la cafetería:
Dirección: Carrer de Buenaventura Muñoz, 31, Sant Martí, 08018 Barcelona Coordenadas: 21.858.338, 413.925.479
Provincia: Barcelona Localidad: Barcelona
Lunes: De 8:30 a 18:00Martes: De 8:30 a 18:00Miércoles: De 8:30 a 18:00Jueves: De 8:30 a 18:00Viernes: De 8:30 a 18:00Sábado: De 10:00 a 18:00Domingo: De 10:00 a 18:00
Opiniones de los Clientes:
Valoración en Google: 4,3 en 478 valoraciones
Algunas de las opiniones de los clientes:
El sitio es genial, tienen muy buen café y ricos bollos. Tienen plantas, música tranquila y puedes traer a tus mascotas. Sin embargo está prohibido usar el portátil en las mesas del segundo piso, el wifi cambia de contraseña cada hora y no hay enchufes... Este tipo de medidas tan agresivas para evitar que la gente se quede trabajando empeoran la experiencia del lugar y te dejan un mal sabor de boca. No creo que vuelva.
Diríamos, sin temor a equivocarnos, que es uno de los locales con mayor personalidad de la ciudad. Se presiente mucho trabajo e ilusión. El café es fantástico y la bollería súper variada y de proveedores de prestigio. Sigo sin entender porque no vamos más…
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